La
situación de la juventud del continente latinoamericano de la
siguiente manera: “Muchos jóvenes son víctimas del
empobrecimiento y de la marginación social, de la falta de empleo,
de una educación que no responde a las exigencias de la vida, del
narcotráfico, de la guerrilla, de las pandillas, de la prostitución,
del alcoholismo, de abusos sexuales”. Muchos jóvenes viven
adormecidos por la propaganda de los de comunicación social y además
por imposiciones culturales y por el prognatismo inmediata que ha
generado nuevos problemas en la moderación efectiva de los
adolescentes y jóvenes.
Esta nueva visión del mundo de hoy, que quiere imponer el imperio del “Yo soy por lo que tengo”, tener poder, saber, aspiraciones, progreso, son dimensiones del ser persona; pero el ser persona trasciende de todo esto, ya que eso es relativo y el hombre y la tiendan a lo absoluto. A veces creemos que la codicia se refiere solo a dinero, tener cosas, pero en muchos corazones hay almacenes de codicias de sexo, de admiración, de prestigio, de ser mayor, ser mejor que el otro u otra, tener conocimientos, que lo prefieran. Esto va creando en nosotros y nosotras un mundo de competencia de consumo, de insatisfacción, de inmoralidad y de corrupción.
La juventud de hoy debe hacer un alto y reflexionar. Adoptar una actitud más agresiva y a ponerse a que lo estén usando como objetos y alienándose con modas, propagandas baratas de consumo, que manipulan y crean necesidades artificiales, cuando no decide con equilibrio que es lo mejor para él o ella. La juventud de hoy no puede ni debe ser pájaro encerrado en una jaula sin esfuerzo, sin ilusiones, sin expectativas, tiene que abrir sus alas y volar, en un cielo limpio y lleno de esperanza.
Esta nueva visión del mundo de hoy, que quiere imponer el imperio del “Yo soy por lo que tengo”, tener poder, saber, aspiraciones, progreso, son dimensiones del ser persona; pero el ser persona trasciende de todo esto, ya que eso es relativo y el hombre y la tiendan a lo absoluto. A veces creemos que la codicia se refiere solo a dinero, tener cosas, pero en muchos corazones hay almacenes de codicias de sexo, de admiración, de prestigio, de ser mayor, ser mejor que el otro u otra, tener conocimientos, que lo prefieran. Esto va creando en nosotros y nosotras un mundo de competencia de consumo, de insatisfacción, de inmoralidad y de corrupción.
La juventud de hoy debe hacer un alto y reflexionar. Adoptar una actitud más agresiva y a ponerse a que lo estén usando como objetos y alienándose con modas, propagandas baratas de consumo, que manipulan y crean necesidades artificiales, cuando no decide con equilibrio que es lo mejor para él o ella. La juventud de hoy no puede ni debe ser pájaro encerrado en una jaula sin esfuerzo, sin ilusiones, sin expectativas, tiene que abrir sus alas y volar, en un cielo limpio y lleno de esperanza.
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